- Aceptar la situación. Dejar de luchar contra ella y vivirla.
- Asumir la responsabilidad de lo que está pasando.
- Observar qué es lo que nos ha llevado a esta situación.
- No se debe magnificar el problema. Pensar que lo que vivimos está en el presente y no en el futuro, aliviará la ansiedad. No permitas que tus pensamientos aumenten tus preocupaciones.
- Desarrolla nuevas actitudes y fortalezas para poder hacer frente al problema
- Evita el sentimiento de culpa (cambia el enfoque).
- Frena tu enfado hacia la situación.
- Pide ayuda si la necesitas. Muchas veces no somos capaces de afrontar las crisis en solitario. Pedir ayuda aliviará la presión en una situación conflictiva y atajará el problema con mayor rapidez.